Es el trastorno neurobiológico más frecuente en la infancia. Se estima que lo padece el 5% de la población infantil-juvenil, lo que equivale a uno o dos niños por aula. Este trastorno puede ocasionar serios problemas en el desarrollo de una persona, entre ellos, una disminución del rendimiento académico, dificultades en la adaptación social y como resultado, serios desajustes emocionales. Se manifiesta como inquietud constante, falta de atención y concentración y dificultades para conciliar el sueño. Si bien el origen excato, a día de hoy, se desconoce, los estudios actuales indican que puede obedecer a patrones hereditarios y a factores ambientales durante el embarzo. Fundamentalmente el trastorno está causado por un bajo nivel del neurotransmisor dopamina.  Fuente: Vérticepsicologos

ISSN: 2938-1541