Centre Sukha

Última actualización: 14 mayo, 2024 - 06:39 pm

En la búsqueda continua de métodos efectivos para combatir el estrés crónico, un estudio reciente ha arrojado luz sobre un enfoque inesperado: la luz de baja intensidad. Este descubrimiento no solo es innovador, sino que también podría ofrecer una perspectiva prometedora desde el campo de la psicología.

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Entendiendo el Estrés Crónico

El estrés crónico es un problema de salud mental que afecta a millones de personas en todo el mundo, manifestándose en síntomas como ansiedad, agotamiento emocional y dificultades para concentrarse.

Es una respuesta prolongada del cuerpo a situaciones estresantes, que puede tener efectos negativos en nuestra salud física y mental. A nivel fisiológico, el estrés crónico está asociado con un aumento en la producción de la hormona del estrés, el cortisol, así como cambios en la actividad cerebral que pueden contribuir a la ansiedad y la depresión.

En un esfuerzo por encontrar soluciones efectivas para este desafío, la investigación científica ha empezado a explorar el potencial de la luz de baja intensidad como una herramienta para aliviar sus síntomas.

El Papel de la Psicología en la Gestión del Estrés Crónico

Desde una perspectiva psicológica, el estrés crónico puede tener un impacto significativo en nuestra salud emocional y bienestar general. Los enfoques terapéuticos tradicionales, como la terapia cognitivo-conductual, se centran en identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que mantienen el estrés crónico, pero también es importante explorar nuevas formas de intervención que puedan tratar esas raíces biológicas.

La Luz de Baja Intensidad como una Luz de Esperanza

Estudios recientes han demostrado que la exposición regular a esta forma de luz puede tener efectos profundos en la regulación del sistema nervioso autónomo, que desempeña un papel importante en la respuesta al estrés.

El sistema nervioso autónomo está compuesto por dos ramas principales: el sistema nervioso simpático, que se activa durante situaciones estresantes y desencadena la «respuesta de lucha o huida», y el sistema nervioso parasimpático, que promueve la relajación y la restauración del cuerpo. La luz de baja intensidad ha demostrado tener la capacidad de modular estas dos ramas, reduciendo la actividad del sistema nervioso simpático y aumentando la actividad del sistema parasimpático.

Este efecto se logra a través de una serie de mecanismos biológicos. Por un lado, la exposición a la luz de baja intensidad estimula la producción de neurotransmisores como la serotonina y la melatonina, que están involucrados en la regulación del estado de ánimo y el ciclo de sueño-vigilia. Además, se ha observado que la luz de baja intensidad afecta la producción de hormonas relacionadas con el estrés, como el cortisol, ayudando a reducir sus niveles en el cuerpo.

Al reducir la actividad del sistema nervioso simpático y promover la actividad del sistema parasimpático, la luz de baja intensidad crea un estado de relajación y bienestar en el cuerpo y la mente. Esto no solo puede aliviar los síntomas físicos del estrés crónico, como la tensión muscular y la fatiga, sino que también puede tener beneficios psicológicos al reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo.

Aplicaciones Prácticas y Recomendaciones

Integrar la exposición a la luz de baja intensidad en el tratamiento del estrés crónico puede ofrecer una nueva vía para mejorar la salud mental y emocional de las personas que lo experimentan. Sin embargo, el tratamiento del estrés crónico suele requerir un enfoque multidisciplinario que combine diversas modalidades terapéuticas. Además de la exposición a la luz de baja intensidad, otras formas de tratamiento pueden incluir:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): Este enfoque terapéutico se centra en identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento que perpetúan el estrés crónico. La TCC puede ayudar a las personas a desarrollar habilidades para controlar el estrés de forma más efectiva y promover el cambio positivo en su vida diaria.
  • Terapia farmacológica: En algunos casos, se pueden recetar medicamentos, como antidepresivos o ansiolíticos, para ayudar a controlar los síntomas asociados con el estrés crónico. Sin embargo, es importante utilizar medicamentos bajo la supervisión de un profesional de la salud mental y considerar los posibles efectos secundarios.
  • Prácticas de autocuidado: El autocuidado juega un papel importante en la gestión del estrés crónico. Esto puede incluir actividades como ejercicio regular, técnicas de relajación (como la meditación y la respiración profunda), mantener una dieta equilibrada y asegurar un sueño adecuado. Estas prácticas pueden ayudar a reducir la activación del sistema nervioso simpático y promover la relajación.

Es importante destacar que la integración de la exposición a la luz de baja intensidad y otras formas de tratamiento debe ser supervisada por un profesional de la salud mental. El seguimiento regular con un terapeuta puede ayudar a evaluar el progreso y realizar ajustes en el plan de tratamiento según sea necesario ya que es importante llevar a cabo más investigaciones para entender completamente sus mecanismos de acción y su eficacia a largo plazo.

Además, es esencial considerar factores individuales, como la sensibilidad a la luz y las condiciones médicas preexistentes, al diseñar intervenciones personalizadas. Un enfoque individualizado y supervisado puede garantizar que el tratamiento sea seguro y efectivo para cada persona.

La luz de baja intensidad ofrece una prometedora herramienta terapéutica para tratar el estrés crónico desde una perspectiva científica y psicológica. Al integrar enfoques basados en la evidencia con la comprensión de los factores psicológicos subyacentes al estrés crónico, podemos ofrecer a las personas que lo padecen una gama más amplia de opciones para mejorar su bienestar emocional y mental.

Preguntas frecuentes

 Sí, la luz de baja intensidad es segura y no causa daño ocular ni cutáneo. Sin embargo, es importante seguir las recomendaciones de exposición y consultar a un profesional de la salud antes de iniciar cualquier nueva terapia.

Los estudios sugieren que tan solo 30 minutos al día de exposición a la luz de baja intensidad pueden ser suficientes para observar mejoras en los síntomas de estrés crónico.

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ISSN: 2938-1541

Psicóloga Esther Boada Martos
ISNI 0000 0005 0960 8001 | CEO at Centre Sukha

Fundadora y directora de Centre Sukha con Núm. Colegiada: 24465 por el Colegio Oficial de Psicólogos de Catalunya.

Durante su carrera profesional se ha enfocado en trabajar con diferentes problemáticas como trastornos de ansiedad, trastornos alimentarios, TDAH, bullying, problemas de conducta, traumas, problemas de autoestima etc.​ Especialidades: Psicóloga General Sanitaria · Terapeuta EMDR · Especialista en Trastornos Alimentarios y Obesidad · Especialista en TDAH (infanto-juvenil y Adultos).