La salud psicológica es un componente esencial del bienestar general, que no se limita a la juventud o la mediana edad, también al envejecimiento. A medida que las personas nos hacemos mayores y envejecemos, nos enfrentamos a una serie de cambios muy importantes y significativos, como la pérdida de seres queridos, problemas de salud física, o cambios en nuestro rol social y familiar.
Estos desafíos nos pueden generar sentimientos de tristeza, ansiedad o incluso depresión, que son comunes en esta etapa de la vida y en la que cada vez es más habitual buscar apoyo profesional.

Soy mayor, pronto envejeceré
El envejecimiento es un proceso complejo que implica una serie de cambios biológicos, psicológicos y sociales a lo largo del tiempo. Comprender las distintas formas de envejecer nos puede ayudar a afrontar-lo:
- Envejecimiento normal, se refiere a los cambios que ocurren de manera predecible y que son parte del ciclo vital, como la disminución gradual de ciertas capacidades físicas y cognitivas por ejemplo tener menor agilidad mental o pequeños olvidos. No implican enfermedad, y muchas personas mayores mantienen una vida activa y plena
- Envejecimiento patológico se caracteriza por la aparición de enfermedades y condiciones que afectan negativamente la calidad de vida. Pueden ser trastornos como la demencia, enfermedades cardiovasculares o diabetes, que no son simplemente parte del proceso de envejecimiento, sino que representan un deterioro significativo en la salud y requieren atención médica y psicológica.
- Envejecimiento con éxito es un concepto que se refiere a un proceso de envejecimiento en el que las personas logran mantener un alto nivel de funcionalidad física, cognitiva y emocional, a pesar de los inevitables cambios que conlleva el envejecimiento. Este tipo de envejecimiento se asocia con la adaptación efectiva a las transiciones vitales y la capacidad de encontrar significado y satisfacción en la vida, lo que se traduce en un bienestar psicológico óptimo.
¿Qué entendemos por transiciones vitales?
Las transiciones vitales son momentos significativos en el ciclo de vida de una persona que implican un cambio de estado, rol o situación, y que pueden tener un impacto profundo en su bienestar psicológico y emocional.
Estas transiciones pueden ser esperadas, como la jubilación o la llegada de un nuevo miembro a la familia, o inesperadas, como la pérdida de un ser querido o una enfermedad repentina. La forma en que una persona experimenta y afronta estas transiciones está influenciada por múltiples factores, incluyendo su historia personal, su contexto social y cultural, así como sus estrategias de afrontamiento.
A medida que las personas envejecen, las transiciones vitales se vuelven más frecuentes y pueden estar asociadas a eventos significativos que alteran las pautas de vida, como el cambio de roles familiares, la pérdida de amigos o la adaptación a nuevas condiciones de salud.
Estas experiencias pueden ser vividas de manera positiva, convertirse en abuelo para alguien que deseaba estrenar este rol, jubilación deseada, etc.), pero también como negativas (convertirse en abuelo en circunstancias no deseadas, prejubilación no deseada, etc. y su impacto psicológico puede variar considerablemente entre individuos. Suelen implicar una experiencia subjetiva de estrés, aunque sean vividas de forma positiva o también suelen implicar un proceso de «duelo» por lo que se pierde y un «reajuste» a lo nuevo que se gana.
Se trata de momentos de gran vulnerabilidad psicológica y física, ya que suponen un incremento del riesgo de desarrollar problemas emocionales (depresión y ansiedad) y conductuales, que pueden, a su vez, facilitar un empeoramiento de la salud física de las personas mayores y funcionar como «interruptores» de espirales descendientes hacia la enfermedad y dependencia.
Pero también es fundamental entender que las transiciones vitales no solo son cambios en la vida, sino también oportunidades para el crecimiento personal y la adaptación, que requieren un proceso de ajuste emocional y psicológico.
En este sentido, la preparación psicológica y el apoyo profesional durante estas transiciones son esenciales para facilitar una adaptación exitosa, permitiendo que las personas mayores encuentren significado y continuidad en sus vidas, a pesar de los desafíos que puedan enfrentar.
La vida como un jardín
Imaginemos la vida como un jardín en el que hemos cultivado relaciones, familia, amigos, actividades, trabajo, aficiones. En este jardín, cada relación, actividad o proyecto es como una planta que necesita cuidado. Pero a lo largo de los años, algunas de estas plantas pueden marchitarse, personas que se van, actividades que cambian o se acaban.
Pero eso no significa que el jardín se quede vacío. Siempre podemos sembrar nuevas semillas: nuevas relaciones, intereses, aprendizajes o proyectos que nos ayuden a seguir floreciendo.
Cultivar este jardín requiere atención, flexibilidad y, a veces, ayuda profesional. Pero con el acompañamiento adecuado, es posible seguir encontrando belleza, significado y propósito en cada etapa de la vida.
¿Por qué ir a terapia en esta etapa?
Acudir a terapia en la vejez no es un signo de debilidad, sino de valentía y autocuidado. Puede ayudarte a:
- Adaptarte mejor a los cambios que estás viviendo.
- Aceptar pérdidas y cambios.
- Aprender a manejar emociones como la tristeza, la soledad o el miedo.
- Reforzar tus estrategias de afrontamiento.
- Descubrir nuevas formas de disfrutar y dar sentido a tu día a día.
Cada persona vive el envejecimiento de forma distinta. Contar con apoyo psicológico puede marcar una gran diferencia en cómo transitas esta etapa.
Recuerda: nunca es tarde para cuidar de tu salud emocional. La terapia es un espacio de reflexión, escucha y acompañamiento, donde puedes entender lo que estás sintiendo y encontrar herramientas para vivir con más calma, dignidad y plenitud.
«Envejecer es como escalar una gran montaña; mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.» Ingmar Bergman, guionista y director de teatro sueco
«La vejez no es un ocaso, es un segundo amanecer si sabemos aprovecharlo.»
Florence Nightingale, enfermera y escritora británica
Preguntas frequentes
Sí, siempre es buen momento para empezar. La terapia puede ayudarte a adaptarte a los cambios, procesar pérdidas y encontrar nuevas formas de bienestar.
Sí, la terapia ofrece herramientas para manejar emociones, fortalecer la autoestima y reconectar con lo que da sentido a tu vida.

En Centre Sukha exploramos lo desconocido y te ayudamos a superar los problemas con éxito aprendiendo de todo el proceso.
ISSN: 2938-1541

Fundadora y directora de Centre Sukha con Núm. Colegiada: 24465 por el Colegio Oficial de Psicólogos de Catalunya.
Durante su carrera profesional se ha enfocado en trabajar con diferentes problemáticas como trastornos de ansiedad, trastornos alimentarios, TDAH, bullying, problemas de conducta, traumas, problemas de autoestima etc. Especialidades: Psicóloga General Sanitaria · Terapeuta EMDR · Especialista en Trastornos Alimentarios y Obesidad · Especialista en TDAH (infanto-juvenil y Adultos).