Centre Sukha

La nomofobia se conoce como el miedo a no estar en contacto con nuestros dispositivos móviles. Es un nuevo término, que tiene su inicio en el s. XXI y que se genera a través de los continuos avances en tecnología y a la globalización. Podríamos definirlo como un efecto de la hiperconectividad o, en otras palabras, el acceso constante a la conexión digital.

Convivimos con nuestros móviles la mayoría del tiempo. Es una herramienta de trabajo, de gestión de horarios, de entretenimiento y de conexión con nuestros seres queridos. La accesibilidad que nos brinda con tan solo arrastrar un dedo nos ha permitido acercar el aprendizaje, el arte o el trabajo a espacios que antes no podíamos imaginar. En muchos aspectos ha mejorado nuestras vidas y las ha facilitado, pero el uso continuo empieza a demostrar efectos negativos para nuestra salud mental.

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¿Quién usa smartphones?

Según las Naciones Unidas (2023), más del 75% de la población del planeta mayor de diez años hace uso de teléfono móvil, siendo el 65% los que tienen acceso a internet desde el dispositivo. Otros estudios estiman que, en 2023, el 70% de los y las niñas de 12 años ya tenían su propio smartphone.

¿Qué efectos negativos tiene la hiperconectividad que facilitan los smartphones?

Varios estudios demuestran que la hiperconectividad tiene efectos directos sobre nuestra salud. Estos son los principales:

Pérdida de la capacidad de atención: A través de nuestros dispositivos recibimos estímulos constantes que impiden que nuestro cerebro disminuya el ritmo cognitivo normal que requiere de pausas. Las constantes notificaciones dificultan la atención sostenida sobre la actividad que se está llevando a cabo. También dificulta el pensamiento profundo y puede llevar a adicciones conductuales que buscan la recompensa inmediata que provee el acceso, por ejemplo, a redes sociales.

Adicción: Se estima que, de media, revisamos nuestro smartphone unas 80 veces al día. Para muchas personas, es lo primero que miran al despertar y lo último que revisan antes de ir a dormir. Este hábito promueve una dependencia emocional y conductual que perpetúa esta hiperconectividad. Algunas personas pueden incluso sentir la vibración del dispositivo sin que esté sucediendo, efecto conocido como «vibraciones fantasma”

Autoestima: El creciente auge de las redes sociales y del fenómeno de los influencers nos devuelve al miedo de no ser como los demás. Vemos vidas aparentemente perfectas y, por lo tanto, también compartimos en nuestras redes sociales lo mejor de nuestras vidas. Los cánones de belleza establecidos se hacen accesibles a todas las personas y crece la comparación con estos, creando problemas de autoestima en los usuarios y usuarias.

Soledad: Paradójicamente, la adicción al uso de smartphones puede alejarnos de la realidad, desdibujando la línea entre la persona que soy en mi vida real y la que puede ser en internet. Esto puede llegar a aislar a la persona y generar una situación de soledad.

FOMO o Fear of missing out

Este término hace referencia al miedo a perdernos algo importante, no tener la información relevante o a quedar excluidos de lo que pasa a nuestro alrededor. Esperamos ver qué hacen nuestros conocidos (y también desconocidos), saber cuál es el último vídeo viral, ver crecer nuestras interacciones en redes sociales o conocer las ofertas en nuestros productos favoritos.

Durante el reciente apagón nacional, se puso en evidencia la ansiedad que nos puede provocar no poder acceder a toda esa información que solemos tener, como ya hemos mencionado al inicio del artículo, al alcance del dedo. Este no se vivió solo como una posibilidad de fallo técnico grave que puede afectar al funcionamiento de nuestro día a día, sino como una posibilidad de aislamiento social.

Este fenómeno es más común en la población más joven, que ha crecido en los últimos años con el avance tecnológico. La etapa de la adolescencia ya se caracteriza por esa necesidad de aceptación social, de pertenencia y de comunidad. Las redes sociales son una parte importante de ello en la sociedad de hoy en día. También a tener en cuenta que se encuentran en una etapa de desarrollo cognitivo que los hace especialmente sensibles a la impulsividad, la dificultad en el control de las emociones y que puede reforzar comportamientos adictivos.

¿Tiene algo positivo la hiperconectividad?

A pesar del tono del artículo y de la importancia de tener en cuenta los efectos de la hiperconectividad en nuestra salud cognitiva y social

El uso de dispositivos inteligentes, especialmente las redes sociales, proporcionan un acceso a la información fácil para la mayoría de la población, especialmente en sectores más vulnerables con menor acceso a la educación. También permiten la expresión personal y la búsqueda de personas con intereses comunes más allá de nuestro entorno próximo, y la comprensión de otras culturas, identidades o conflictos que pueden llevar a la mejora de la empatía. Podemos mantener el contacto con amigos o familiares lejanos y guardar esos vínculos tan queridos.

Cómo tener una relación sana con nuestro smartphone

Por todo lo mencionado, es importante mantener una relación equilibrada entre nuestro entorno digital y nuestro entorno real. Hay que educar en el uso de las nuevas tecnologías usando lo que ya sabemos de ellas y no demonizarlas, ya que actualmente es inevitable que incidan en nuestras vidas.

En cuanto a nuestro día a día, es importante establecer límites realistas en el uso de nuestros smartphones, tal vez reservando un espacio de tiempo en nuestro día en el que sepamos que no pasa nada si no revisamos nuestro teléfono. Aprovechar ese tiempo para alguna actividad que no requiera de pantallas y que pueda traernos satisfacción y poder dedicarle atención plena

Preguntas frequentes

Porque genera estímulos constantes y recompensa inmediata, lo que puede crear dependencia.

Sí, porque están en una etapa de desarrollo emocional y cognitivo más vulnerable.

Nomofobia: el precio de tener el mundo en nuestro bolsillo

En Centre Sukha exploramos lo desconocido y te ayudamos a superar los problemas con éxito aprendiendo de todo el proceso.

ISSN: 2938-1541

Psicóloga Esther Boada Martos
ISNI 0000 0005 0960 8001 | CEO at Centre Sukha

Fundadora y directora de Centre Sukha con Núm. Colegiada: 24465 por el Colegio Oficial de Psicólogos de Catalunya.

Durante su carrera profesional se ha enfocado en trabajar con diferentes problemáticas como trastornos de ansiedad, trastornos alimentarios, TDAH, bullying, problemas de conducta, traumas, problemas de autoestima etc.​ Especialidades: Psicóloga General Sanitaria · Terapeuta EMDR · Especialista en Trastornos Alimentarios y Obesidad · Especialista en TDAH (infanto-juvenil y Adultos).