Los desastres naturales no solo dejan daños materiales y pérdidas humanas, sino que también generan un fuerte impacto psicológico en la población. La Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que afectó a la provincia de Valencia el 29 de octubre de 2024 dejó un saldo trágico de 228 fallecidos. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha defendido la calidad de la información proporcionada sobre el evento, mientras que la gestión de la emergencia por parte del gobierno autonómico ha sido fuertemente cuestionada. Más allá de la gestión de la crisis, es importante analizar cómo este tipo de tragedias afectan la salud mental de las personas involucradas.

¿Cómo afecta psicológicamente un desastre natural?
Las catástrofes naturales pueden generar trastornos emocionales tanto en las víctimas directas como en sus familiares y en la población en general. Entre las reacciones psicológicas más comunes se encuentran el estrés postraumático, la ansiedad y la depresión. La sensación de inseguridad, la pérdida de seres queridos y el impacto de la destrucción pueden dejar secuelas emocionales que requieren atención profesional.
El impacto emocional en la población afectada
La DANA de Valencia no solo dejó un elevado número de víctimas, sino que también provocó un fuerte impacto emocional en los sobrevivientes y en la comunidad en general. Algunos de los efectos psicológicos más comunes incluyen:
- Estrés postraumático (TEPT): Muchas personas que vivieron la tragedia pueden experimentar flashbacks, pesadillas y una sensación constante de peligro.
- Ansiedad generalizada: La incertidumbre ante la posibilidad de nuevas catástrofes genera un estado de alerta permanente en los afectados.
- Duelo y depresión: La pérdida de seres queridos, viviendas y estabilidad puede desencadenar sentimientos profundos de tristeza y desesperanza.
- Sentimiento de culpa en sobrevivientes: Algunos supervivientes pueden experimentar culpa por haber salido con vida mientras otros no lo lograron.
La respuesta psicológica ante la crisis
Ante una tragedia de esta magnitud, es fundamental que las instituciones ofrezcan apoyo psicológico adecuado a los afectados. Algunas de las medidas clave incluyen:
- Atención psicológica de emergencia: Equipos de profesionales deben estar disponibles para brindar apoyo inmediato a los afectados.
- Espacios de escucha y contención: Crear grupos de apoyo donde las personas puedan compartir sus experiencias y emociones.
- Intervenciones comunitarias: Fomentar actividades que ayuden a reconstruir el sentido de comunidad y pertenencia.
- Seguimiento a largo plazo: Las secuelas psicológicas pueden persistir durante meses o años, por lo que se necesita un plan de apoyo continuo.
La tragedia del 29 de octubre de 2024 en Valencia no solo puso en evidencia fallos en la gestión de emergencias, sino que también resaltó la necesidad de atender el impacto psicológico de estos eventos. Las autoridades y la sociedad deben trabajar en conjunto para garantizar un apoyo emocional adecuado a las víctimas y reforzar la preparación ante futuras catástrofes, no solo desde un enfoque logístico, sino también desde la salud mental.
Preguntas frequentes
Escuchar sin juzgar, ofrecer apoyo emocional y animar a buscar ayuda profesional si es necesario.
Depende de cada persona, pero algunos efectos pueden durar meses o incluso años sin la intervención adecuada.

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ISSN: 2938-1541

Fundadora y directora de Centre Sukha con Núm. Colegiada: 24465 por el Colegio Oficial de Psicólogos de Catalunya.
Durante su carrera profesional se ha enfocado en trabajar con diferentes problemáticas como trastornos de ansiedad, trastornos alimentarios, TDAH, bullying, problemas de conducta, traumas, problemas de autoestima etc. Especialidades: Psicóloga General Sanitaria · Terapeuta EMDR · Especialista en Trastornos Alimentarios y Obesidad · Especialista en TDAH (infanto-juvenil y Adultos).