Centre Sukha

El cambio climático ya no es una amenaza lejana: es una realidad palpable. Europa se está calentando más del doble que la media global, con consecuencias visibles en fenómenos meteorológicos extremos, pérdida de biodiversidad y alteraciones en nuestros entornos cotidianos. Sin embargo, hay un impacto del que se habla menos: el psicológico. ¿Qué efectos tiene todo esto en nuestra salud mental?

cambio climático

¿Qué consecuencias psicológicas puede tener vivir en un entorno climático cambiante?

Las consecuencias del cambio climático no solo afectan al medio ambiente, sino también a las personas que lo habitan. Cada vez son más las investigaciones que señalan cómo el calentamiento global afecta a nuestro bienestar psicológico. La preocupación por el futuro del planeta, la exposición constante a noticias alarmantes, los fenómenos climáticos extremos y la sensación de impotencia generan un aumento significativo de malestar emocional. En este contexto, la psicología tiene un papel clave para acompañar, contener y prevenir el sufrimiento derivado de la crisis climática.

La ecoansiedad: cuando la preocupación por el planeta se convierte en malestar

La ecoansiedad es un término que hace referencia a la angustia, preocupación o desesperanza que experimentan algunas personas ante la crisis climática. Aunque no es un trastorno psicológico como tal, sí puede generar síntomas similares a los de la ansiedad: insomnio, tensión constante, irritabilidad, dificultad para concentrarse o pensamientos obsesivos sobre el futuro.

Este tipo de malestar es especialmente frecuente entre jóvenes y adolescentes, que perciben el futuro como amenazante y sienten que las medidas que se están tomando son insuficientes. En estos casos, la intervención psicológica puede centrarse en:

Validar el malestar sin patologizarlo.
Trabajar en estrategias de afrontamiento activas.
Promover acciones colectivas que devuelvan el sentido de eficacia personal y grupal.

Desastres naturales y trauma psicológico

Las olas de calor extremas, los incendios forestales, las inundaciones o las sequías intensas son cada vez más frecuentes en Europa debido al aumento de las temperaturas. Estos fenómenos no solo afectan a nivel material, sino que también pueden generar trauma psicológico, especialmente cuando se viven de forma directa o amenazan la vida de las personas cercanas.

Algunos efectos psicológicos que pueden aparecer tras un desastre climático son:

Estrés postraumático.
Trastornos del sueño.
Ansiedad generalizada o ataques de pánico.
Sentimiento de vulnerabilidad o pérdida de control.
La psicología de emergencias ofrece herramientas específicas para intervenir en estos contextos, tanto de forma individual como comunitaria. Es fundamental trabajar en la prevención, el acompañamiento emocional tras la crisis y la reconstrucción del tejido social.

Duelo ecológico: pérdidas silenciosas

Además de las consecuencias visibles, el cambio climático implica también pérdidas simbólicas, culturales y emocionales. Es lo que se denomina duelo ecológico, un concepto que describe el dolor ante la desaparición de paisajes, estaciones, formas de vida tradicionales o especies animales.

Este tipo de duelo puede ser especialmente doloroso porque:

A menudo no se reconoce socialmente.
Es difícil de nombrar o expresar.
Se vive en soledad o con incomprensión del entorno.
Desde la psicología se puede trabajar este tipo de duelo facilitando espacios de expresión emocional, validación del dolor y construcción de narrativas de sentido que ayuden a resignificar la relación con la naturaleza.

El impacto emocional de las noticias climáticas

La sobreexposición a información negativa también influye en nuestra salud mental. Las noticias sobre el calentamiento global, la pérdida de biodiversidad o la falta de medidas políticas contundentes generan un clima de inseguridad y desesperanza.

Algunas personas pueden desarrollar un fenómeno conocido como fatiga climática, que se manifiesta en forma de:

Desconexión emocional (“prefiero no saber más”).
Cinismo o apatía (“da igual lo que hagamos”).
Negación (“seguro que no es para tanto”).
En este contexto, es importante fomentar un consumo consciente de la información, que combine la toma de conciencia con la esperanza y la acción. La psicología puede contribuir a desarrollar una mirada crítica, pero no paralizante, que permita sostener la tensión entre la realidad y la posibilidad de cambio.

Conclusión: clima y mente, una relación inseparable

La crisis climática no solo está transformando nuestro entorno físico, sino también nuestras emociones, vínculos y percepciones del futuro. La psicología tiene mucho que aportar en este contexto: no solo para tratar el malestar generado, sino también para prevenirlo, acompañarlo y generar espacios de resiliencia. Es fundamental incluir la salud mental en la conversación sobre el clima, porque cuidar del planeta y cuidar de las personas van de la mano.

Preguntas frequentes

No, no se considera una enfermedad mental, pero sí es una reacción emocional legítima que puede generar mucho sufrimiento si no se aborda adecuadamente.

Acompañar el malestar, intervenir tras catástrofes, trabajar el duelo ecológico y fomentar estrategias de afrontamiento activas y sostenibles.

Más allá del medio ambiente: las consecuencias psicológicas del cambio climático

En Centre Sukha exploramos lo desconocido y te ayudamos a superar los problemas con éxito aprendiendo de todo el proceso.

ISSN: 2938-1541

Psicóloga Esther Boada Martos
ISNI 0000 0005 0960 8001 | CEO at Centre Sukha

Fundadora y directora de Centre Sukha con Núm. Colegiada: 24465 por el Colegio Oficial de Psicólogos de Catalunya.

Durante su carrera profesional se ha enfocado en trabajar con diferentes problemáticas como trastornos de ansiedad, trastornos alimentarios, TDAH, bullying, problemas de conducta, traumas, problemas de autoestima etc.​ Especialidades: Psicóloga General Sanitaria · Terapeuta EMDR · Especialista en Trastornos Alimentarios y Obesidad · Especialista en TDAH (infanto-juvenil y Adultos).