Centre Sukha

Última actualización: 21 marzo, 2025 - 07:57 pm

Las guerras y los conflictos armados no solo dejan secuelas físicas en quienes los sufren, sino también profundas heridas psicológicas. En los últimos días, la escalada del conflicto en Gaza ha vuelto a ser noticia, con bombardeos y la ruptura del alto el fuego, lo que agrava aún más la crisis humanitaria en la región. La exposición prolongada a la violencia afecta no solo a las víctimas directas, sino también a comunidades enteras, generando un impacto emocional de gran alcance. Más allá del Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), existen otras afecciones psicológicas menos visibilizadas pero igualmente importantes.

Salud mental guerra

¿Cómo afecta la violencia prolongada a la salud mental colectiva?

Cuando una población está sometida a un conflicto armado de manera prolongada, los efectos en la salud mental van más allá del TEPT. Si bien este trastorno es ampliamente estudiado en contextos de guerra, otras afecciones psicológicas también se desarrollan en estas circunstancias, impactando la vida diaria de individuos y comunidades. Entre ellas encontramos:

  • Fatiga por compasión: La constante exposición al sufrimiento ajeno genera agotamiento emocional y una disminución de la empatía. Las personas pueden llegar a desconectarse emocionalmente como mecanismo de defensa.

  • Desesperanza aprendida: Después de experimentar repetidas situaciones traumáticas incontrolables, la percepción de impotencia se intensifica, lo que lleva a la resignación y a la falta de motivación para buscar cambios o ayuda.

  • Ansiedad anticipatoria: La incertidumbre sobre el futuro y la posibilidad de nuevos episodios violentos mantiene a las personas en un estado de alerta permanente, afectando su bienestar y calidad de vida.

Erosión del tejido social

La normalización de la violencia puede generar desensibilización colectiva, debilitando la solidaridad y la confianza dentro de la comunidad. Además, el miedo constante a la violencia dificulta la recuperación psicológica y la reconstrucción social.

Un impacto colectivo y social

Erosión del tejido social

La normalización de la violencia puede generar desensibilización colectiva, debilitando la solidaridad y la confianza dentro de la comunidad. Además, el miedo constante a la violencia dificulta la recuperación psicológica y la reconstrucción social.

Impacto en las generaciones futuras

Los niños y jóvenes que crecen en entornos violentos desarrollan mecanismos de afrontamiento que pueden influir en su comportamiento, su percepción del mundo y sus relaciones interpersonales. Sin una intervención adecuada, estos efectos pueden perpetuar un ciclo de trauma y violencia intergeneracional.

La importancia de la intervención psicosocial

Espacios seguros

Crear lugares donde las personas puedan expresar sus emociones y compartir experiencias sin miedo al juicio es fundamental para la recuperación.

Redes de apoyo comunitario

Fortalecer los lazos entre los miembros de la comunidad ayuda a reducir el aislamiento y promueve la resiliencia colectiva.

Acceso a servicios de salud mental

Disponer de profesionales capacitados y recursos accesibles permite abordar el impacto psicológico de la violencia de manera efectiva.

Educación y sensibilización

Informar a la población sobre los efectos psicológicos de la violencia y las estrategias de afrontamiento contribuye a la prevención y la recuperación a largo plazo.

El impacto de la violencia en la salud mental colectiva va más allá del TEPT. Fenómenos como la fatiga por compasión, la desesperanza aprendida y la ansiedad anticipatoria afectan la vida diaria de las personas y erosionan la cohesión social. Para mitigar estos efectos, es fundamental implementar intervenciones psicosociales que permitan a las comunidades recuperar su bienestar emocional y reconstruir sus redes de apoyo. Solo así se podrá aspirar a una recuperación integral y sostenible.

Preguntas frequentes

El TEPT es un trastorno diagnosticable con síntomas específicos, mientras que otros efectos, como la fatiga por compasión o la desesperanza aprendida, pueden afectar a comunidades enteras sin cumplir los criterios de un trastorno clínico.

No necesariamente. Con el apoyo adecuado, muchas personas pueden desarrollar resiliencia y superar los efectos psicológicos de la violencia. La intervención temprana es clave para mitigar el impacto a largo plazo.

Cicatrices compartidas: cómo la guerra afecta la salud mental de las sociedades

En Centre Sukha exploramos lo desconocido y te ayudamos a superar los problemas con éxito aprendiendo de todo el proceso.

ISSN: 2938-1541

Psicóloga Esther Boada Martos
ISNI 0000 0005 0960 8001 | CEO at Centre Sukha

Fundadora y directora de Centre Sukha con Núm. Colegiada: 24465 por el Colegio Oficial de Psicólogos de Catalunya.

Durante su carrera profesional se ha enfocado en trabajar con diferentes problemáticas como trastornos de ansiedad, trastornos alimentarios, TDAH, bullying, problemas de conducta, traumas, problemas de autoestima etc.​ Especialidades: Psicóloga General Sanitaria · Terapeuta EMDR · Especialista en Trastornos Alimentarios y Obesidad · Especialista en TDAH (infanto-juvenil y Adultos).