Es un día como cualquier otro, pero de repente sientes que el corazón se te acelera, las manos te sudan, y la respiración se vuelve más rápida. «¿Qué está pasando?», te preguntas. Puede que lo atribuyas al estrés del trabajo, al café de la mañana, o a que simplemente has tenido un mal día. Pero, ¿y si te dijera que estos síntomas podrían ser algo más? Podrían ser señales de ansiedad, una condición que a menudo pasa desapercibida hasta que se hace más fuerte y más difícil de ignorar.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que percibimos como amenazantes o desafiantes. Es esa sensación de inquietud, nerviosismo o miedo que todos hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas. Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve persistente y abrumadora, puede interferir en nuestra vida diaria, afectando nuestro bienestar físico y emocional.
Síntomas físicos de la ansiedad: ¿cómo nos avisa el cuerpo?
- Palpitaciones: Sientes que el corazón se acelera sin razón aparente.
- Sudoración excesiva: Incluso en situaciones donde no hay un esfuerzo físico.
- Tensión muscular: Dolor en el cuello, hombros o espalda sin causa física evidente.
- Mareos: Sensación de que todo da vueltas o de que vas a desmayarte.
- Dificultad para respirar: Como si te faltara el aire.
- Náuseas o molestias estomacales: Sensación de mariposas en el estómago que no se van.
- Temblor: Pequeños temblores o sacudidas involuntarias.
- Fatiga: Cansancio extremo, aunque no hayas hecho un gran esfuerzo.
- Dolor de cabeza: Tensión o presión en la cabeza.
- Hormigueo: Sensación de entumecimiento en manos o pies.
Estos síntomas pueden aparecer de manera gradual o repentina, y en muchas ocasiones los minimizamos, atribuyéndolos a causas físicas o simplemente ignorándolos, pensando que «ya se pasará». Pero la realidad es que, al hacerlo, estamos permitiendo que la ansiedad crezca y se fortalezca.
Ansiedad vs. Estrés: diferencias clave
Imagina que la ansiedad es como una nube gris que te sigue a todas partes. Te preocupa lo que podría pasar en el futuro, incluso si no hay razones claras para hacerlo. Es como si estuvieras viendo una película de terror en tu cabeza, anticipando lo peor.
El estrés, por otro lado, es más como una tormenta pasajera. Surge cuando tienes que enfrentar una situación difícil o exigente en el momento presente. Es una reacción natural de tu cuerpo ante una amenaza o demanda. Una vez que la tormenta pasa, el estrés suele disminuir.
Para resumir:
- Ansiedad: Preocupación por el futuro, a menudo sin motivo concreto.
- Estrés: Respuesta a una situación actual y difícil.
La importancia de escucharnos
La ansiedad puede manifestarse de maneras sutiles, vivimos en una sociedad que nos empuja a seguir adelante, sin importar cómo nos sentimos realmente. Pero cuando ignoramos las señales de nuestro cuerpo, lo que estamos haciendo es silenciar una alarma que nos está pidiendo que paremos y prestemos atención. La ansiedad no desaparece por sí sola; si no se aborda, puede intensificarse, llevándonos a sentirnos cada vez más atrapados por estos síntomas físicos y emocionales.
Es crucial aprender a escucharnos, a ser conscientes de cómo nos sentimos tanto física como emocionalmente. Si notas que estos síntomas persisten, no los minimices. Escuchar a nuestro cuerpo es un acto de autocuidado y de respeto hacia nosotros mismos.
Reconocer que necesitamos ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía. Al buscar apoyo, ya sea a través de la terapia o de otras formas de cuidado, estamos tomando un paso importante hacia nuestro bienestar. No tenemos que esperar a que la ansiedad «hable más fuerte» o que los síntomas sean tan intensos que nos paralicen. Podemos, y debemos, actuar antes.
En nuestro centro de psicología, estamos aquí para acompañarte en este proceso. Entendemos lo desafiante que puede ser enfrentar la ansiedad, y nuestro enfoque es cercano, libre de juicios, y totalmente comprometido con tu bienestar. Juntos, podemos trabajar para que vuelvas a sentirte en control de tu vida y para que esos síntomas físicos que ahora te agobian comiencen a desaparecer.
Preguntas Frecuentes
Existen muchas técnicas para manejar la ansiedad, como:
- Técnicas de relajación: Respiración profunda y meditación.
- Ejercicio físico regular: Ayuda a liberar endorfinas y reduce la tensión.
- Terapia cognitivo-conductual: Un tipo de terapia psicológica que te enseña a identificar y cambiar los pensamientos y comportamientos negativos.
Si tu ansiedad interfiere significativamente en tu vida diaria, si tienes dificultades para controlar tus preocupaciones, si experimentas ataques de pánico frecuentes o si tienes pensamientos negativos, es importante que busques ayuda de un profesional de la salud mental.
En Centre Sukha exploramos lo desconocido y te ayudamos a superar los problemas con éxito aprendiendo de todo el proceso.
ISSN: 2938-1541
Fundadora y directora de Centre Sukha con Núm. Colegiada: 24465 por el Colegio Oficial de Psicólogos de Catalunya.
Durante su carrera profesional se ha enfocado en trabajar con diferentes problemáticas como trastornos de ansiedad, trastornos alimentarios, TDAH, bullying, problemas de conducta, traumas, problemas de autoestima etc. Especialidades: Psicóloga General Sanitaria · Terapeuta EMDR · Especialista en Trastornos Alimentarios y Obesidad · Especialista en TDAH (infanto-juvenil y Adultos).
