Última actualización: 26 abril, 2023 - 07:43 pm
Sobre el cuerpo, hace muchos años vi un video que me marcó muchísimo.
En él se mostraba la diferencia entre los cambios en el cuerpo que pedían los niños y lo que pedíamos los adultos. Con esta idea en mente, les comparto este pequeño cuento.
Ojalá este cuento nos ayude a reconectar con lo que somos y con lo que realmente es importante.
Había una vez una niña llamada Ana, quien de pequeña soñaba con tener un cuerpo diferente. Quería tener alas para volar como un pájaro, o una cola de sirena para nadar en el mar como un pez. También quería tener unas piernas más rápidas para correr como un animal salvaje.
Pero a medida que Ana crecía, se daba cuenta de que su cuerpo no se parecía al de las personas que veía en la televisión o en las redes sociales. Comenzó a sentirse insegura acerca de su aspecto físico y a compararse con los demás. Pensaba que si tuviera un cuerpo diferente, sería más feliz y tendría más amigos.
Ana comenzó a hacer dietas extremas y a ejercitarse mucho para conseguir el cuerpo «perfecto». Pero cuanto más se esforzaba por lograr ese ideal de belleza, más infeliz se sentía.
Un día, Ana se encontró con una amiga de la infancia en la calle. Recordaron cómo solían soñar juntas cuando eran niñas, imaginando tener alas, una cola de sirena o unas piernas más rápidas. Sin embargo, cuando hablaron de sus vidas actuales, se dieron cuenta de que habían cambiado mucho.
Ana le contó a su amiga sobre la presión que sentía para cambiar su cuerpo y su lucha constante para alcanzar el ideal de belleza que le habían impuesto. Su amiga también compartió sus propias luchas para adaptarse a los estándares de belleza de la sociedad. Parecía que el mundo quería que todas las personas fuésemos iguales y que dedicáramos muchos recursos como tiempo y dinero para conseguirlo.
Entonces, juntas recordaron que, de niñas, sus sueños con cuerpos diferentes estaban llenos de imaginación y fantasía, y les daban la sensación de tener superpoderes por un momento. Pero ahora, sus esfuerzos por cambiar sus cuerpos solo les traían exigencia y sufrimiento.
Ana y su amiga se dieron cuenta de que estaban bien tal y como eran. Que no tenían que cambiar su cuerpo para sentirse mejor consigo mismas. Se abrazaron y se prometieron apoyarse mutuamente en su camino hacia la aceptación y el amor propio.
A partir de ese momento, Ana comenzó a aceptarse a sí misma tal y como era. No fue un camino fácil pero empezó a valorar su cuerpo y a no hacer sobreesfuerzos para cambiarlo. Si hacia ejercicio o comía bien era desde el autocuidado y no desde la exigencia.
Todo el tiempo que Ana solía gastar en querer cambiar su cuerpo, lo cambió por hacer cosas nuevas, como saltar en paracaídas o disfrutar de un baño en el mar sintiéndose de nuevo como una sirena. Además, retomó la amistad con aquella amiga que se encontró inesperadamente en la calle, lo cual fue para ella un regalo muy valioso.
En Centre Sukha exploramos lo desconocido y te ayudamos a superar los problemas con éxito aprendiendo de todo el proceso.
ISSN: 2938-1541
Fundadora y directora de Centre Sukha con Núm. Colegiada: 24465 por el Colegio Oficial de Psicólogos de Catalunya.
Durante su carrera profesional se ha enfocado en trabajar con diferentes problemáticas como trastornos de ansiedad, trastornos alimentarios, TDAH, bullying, problemas de conducta, traumas, problemas de autoestima etc. Especialidades: Psicóloga General Sanitaria · Terapeuta EMDR · Especialista en Trastornos Alimentarios y Obesidad · Especialista en TDAH (infanto-juvenil y Adultos).